martes, 15 de abril de 2008

mujeres en los locutorios

locutorios
• Los Mossos hacen un llamamiento a las víctimas para que no teman denunciar
MAYKA NAVARROBARCELONA
Desde el 3 de marzo está entre rejas. El hombre, de 60 años, captaba a sus víctimas, todas inmigrantes sin papeles, con anuncios de trabajo colgados en locutorios. Una burda trampa para agredirlas sexualmente bajo la advertencia de que era el jefe de extranjería de la policía y la amenaza de que si se atrevían a delatarlo tramitaría su expulsión. Ocho mujeres lo han denunciado. Pero los mossos de la unidad de investigación de la comisaría de Martorell (Baix Llobregat) están convencidos de que hay más víctimas que no han interpuesto denuncia alguna debido a su situación irregular en España.No importa que no tengan la documentación en regla, estas mujeres tienen derechos y entre ellos está el de denunciar ante la policía si han sido víctimas. Cualquiera de ellas puede telefonear al número de los Mossos, el 088, o a la comisaría de Martorell, el 93.693.51.10.El agresor, vecino de Cornellà (Baix Llobregat), casado y con un hijo, colgó los anuncios en locutorios de L'Hospitalet, Esplugues, Cornellà y Badalona, entre otras localidades. Buscaba a mujeres de entre 25 y 35 años para cuidar a gente mayor o realizar labores de limpieza. Y dejaba un teléfono. Después, se citaba con ellas. Las recogía con su propio coche y las trasladaba a una torre de la urbanización Can Bargalló, en Sant Esteve de Sesrovires.TANTEOAllí iniciaba un acercamiento con abrazos injustificados y piropos subidos de tono que le ser-vían para tantear la reacción de la mujer. Si esta se mostraba reacia a sus insinuaciones, le mostraba una placa de una asociación de amigos del Ejército, le decía que era policía y la obligaba a limpiar la casa. No le pagaba y la abandonaba donde la había recogido, no sin antes comentarle que si tenía amigas guapas que presentarle, no dudara en hacerlo.A las más temerosas las agredía sexualmente. Las obligaba a limpiar la casa y les repetía la cantinela de que era policía y las expulsaría de España si se atrevían a denunciarle. Todas eran sudamericanas.Tras recibir las primeras denuncias, los mossos del grupo de personas de la unidad de investigación de Martorell le tendieron una trampa. Una mossa se interesó por el trabajo. Y él cayó. En su casa, los agentes se incautaron de una pistola y dos escopetas. Tenía permiso de armas.

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